martes, 26 de agosto de 2014

"Y todos o los más derramaban pomos de aguas olorosas sobre don Quijote"



Cervantes dice, en este capítulo 2.31 : "Y todos o los más derramaban pomos de aguas olorosas sobre don Quijote"

Esta comentarista dice: " No es mala idea lo de las aguas olorosas; teniendo en cuenta que llevamos treinta capítulos de esta segunda salida, en los cuales, seguramente, habrán divisado alguna fuentecilla, manantial, riachuelo o laguna donde darse un chapuzón o, al menos, remojarse un poco."

Primera parte del comentario al capítulo 2.31 del Quijote, publicado en "La acequia", en la entrada titulada 
"Comienza la burla cortesana", correspondiente al día 7 de enero de 2010.

Que trata de muchas y grandes cosas

¿De qué trata este capítulo? El título poco o nada nos dice: “Que trata de muchas y grandes cosas”.

¿Quiere el autor que lo leamos sin ideas preconcebidas? ¿Pensará que la intriga nos hará leerlo con más interés? ¿Puso el título cuando no sabía lo que le iba a salir? ¿Es, en realidad, un capítulo de pocas y pequeñas cosas?

Para el personaje del escudero es un capitulo de grandes cosas: “Suma era la alegría que llevaba consigo Sancho”. En su imaginación, se ve a sí mismo gozando de la gracia y confianza de la duquesa que, de momento, ya manifiesta gustar de sus “discreciones”.

Aficionado a la buena vida, dice el narrador. ¿Quién lo es a la mala? Este castillo será tan cómodo y bien abastecido como la casa de don Diego o la de Basilio…más confortable, mejor proveído. Como a la ocasión la pintan calva, él la agarra por la melena. Y cuando te dieren la vaquilla, corre con la soguilla.

El duque se adelanta para dar órdenes a sus criados, han de saber cómo tratar a don Quijote. El recibimiento ha de ser como una novela de caballerías, han de recrear su irreal ambiente.

Cuando llega con la duquesa a las puertas del castillo, salen dos lacayos cubiertos de raso carmesí y cogen en brazos al de los Leones. Disimuladamente, le indican que “vuestra grandeza” vaya a apear a la señora duquesa.

La señora duquesa comienza a representar su papel. No, no se halla digna de dar tan inútil carga a tan gran caballero. Descenderá en brazos de su ducal esposo.

En el patio, dos hermosas doncellas, bien aleccionadas, cubren a don Quijote con un mantón escarlata. En los corredores, criados y criadas están apostados para dar, a grandes voces, la bienvenida a la flor y la nata de los caballeros andantes. Cada uno lleva un pomo de agua olorosa, lo han de derramar al paso de don Quijote y los duques.

No es mala idea lo de los perfumes, teniendo en cuenta que llevamos treinta capítulos de esta segunda salida en los cuales, seguramente, habrán divisado alguna fuentecilla, manantial, riachuelo o laguna donde darse un chapuzón o, al menos, remojarse un poco. Pero no, su hidrofobia queda demostrada. Bueno, ya quedó demostrada en la primera parte. Por no hablar de la ropa…Allá por el capítulo 3,1, aquel ventero, el que le armó caballero con un “gentil espaldarazo”, entre otras cosas, le aconsejó ir provisto de camisas limpias. Y el recién armado caballero le prometió “de hacer lo que se le aconsejaba”. No tenemos constancia de que, en las alforjas de Sancho, vayan las “mudas” pertinentes.

Don Quijote de todo se admira y vive su primer día “que de todo en todo conoció y creyó ser caballero andante verdadero, y no fantástico”. Ahora que se ve tratado como los caballeros de sus lecturas, ahora se lo cree del todo. Pero… ¿se lo cree de verdad? Ay, que hemos pillado a vuestra merced.

Sancho desampara al rucio y se cose a la duquesa. Le remuerde la conciencia de haberlo dejado solo y se dirige a Doña Rodríguez, una reverenda dueña que, con otras, salía a recibir a su ducal señora.

(Continúa)


Un abrazo de:

María Ángeles Merino

Copiado de "La arañita campeña" de la entrada con el mismo título.
http://aranitacampena.blogspot.com.es/2010/01/y-todos-o-los-mas-derramaban-pomos-de.html

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