sábado, 31 de mayo de 2014

Don Quijote llega a su aldea en domingo

Continuación del comentario al capítulo 1,52 del Quijote, último de la primera parte. Publicado en "La acequia", en la entrada titulada: "Cómo terminar una buena historia", correspondiente al día 7 de mayo de 2009.

Don Quijote viaja acomodado sobre el heno, en el lento, lentísimo carro de bueyes. Seis días más, mediodía y domingo, la gente está en la plaza. Con lo cotillas que son en los pueblos…

Martín de Riquer destacó * que en el Quijote nunca es domingo, que pasan los días y nunca van a misa, precepto católico que Cervantes sí cumplía. Pues…es domingo precisamente el día que llega a su aldea y, en cuanto lo de ir a misa, no es tan raro…casi siempre están en descampado o en una venta.

Todos se asombran al reconocerlo. El ama y la sobrina son informadas de la llegada de su tío y señor, flaco y amarillo. Por su reacción, más parecen las plañideras de un difunto: gritan, se dan de bofetadas ¿La una a la otra o cada una a si misma? Malditos, malditos libros…mira cómo viene, hecho unos zorros…

La mujer de Sancho Panza pregunta, lo primero es lo primero, por el burro. Lo segundo es lo qué me traes. ¿Vestiditos? ¿Zapatitos? No, cosas mejores, ya verá. Pronto será conde o gobernador de una ínsula. La buena mujer no entiende la palabra, su marido tampoco; pero responde con prepotencia, amén de grosería ,con eso de” no es la miel para la boca del asno”. Luego se dulcifica y anuncia que Juana Panza será llamada Señoría por los vasallos de su ínsula. Señoría no la llamarán, mas don Miguel, tan despistado, la rebautizará en la segunda parte como Teresa, de soltera Teresa Cascajo.

Que no tenga prisa y calle, cosa gustosa es el oficio de escudero. Al llegar aquí le da el ataque de sinceridad: de cien aventuras salen mal noventa y nueve, ha sido manteado y molido…no importa. Después, en su afán por dar un giro positivo, se activa su fantasía y salen a relucir las manchegas selvas.

El ama y la sobrina reciben a don Quijote que no sabe dónde está, ni siquiera reconoce algo tan reconocible como es la cama propia, incluso bizquea. Habrá que cuidarle, que no se escape, con lo que ha costado traerle…De nuevo, maldiciones sobre los autores de esos disparatados libros, en los abismos infernales deberían estar…Y, a continuación, Cervantes nos confirma que habrá más Quijote. La sobrina y el ama temen que, en cuanto mejore, vuelva su tío y señor a irse y “sí fue como ellas se lo imaginaron”.

Cervantes remata esta primera parte informándonos acerca de las investigaciones del “autor desta historia”, el cual no pudo encontrar nada escrito acerca de la tercera salida de don Quijote. Sólo por tradición oral sabemos de su participación en las justas de Zaragoza. Conocemos “su fin y acabamiento” por una caja de plomo guardada por un médico, hallada en los cimientos de una ermita con unos misteriosos pergaminos, bla, bla, bla. Y lo que acabamos de leer viene de esa fuente y el autor se conforma con que le demos el mismo crédito que a los libros de caballería. Y dice: “Con esto se tendrá por bien pagado y satisfecho, y se animará a sacar y buscar otras, si no tan verdaderas, a lo menos de tanta invención y pasatiempo”.Subrayaría yo, de este final, las palabras “invención y pasatiempo”. De eso se trata, de pasarlo bien. Y estos lectores de los jueves lo pasamos muy, muy bien.

Un saludo para Pedro y los visitantes de “La acequia”:


María Ángeles Merino Moya


* Entrevista con Martín de Riquer


Copiado de "La arañita campeña", Don Quijote llega a su aldea en domingo. 

1 comentario:

  1. Amiga Mª Ángeles: Felicidades por llegar airosa e ingeniosa, - y no, como don Quijote-, al final de la primera parte. Que no dudo, tras recuperarse, tú le acompañarás y nos refrescarás sus nuevas aventuras.
    En espera de la segunda parte. ;.))

    Besos

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